
Disinergia defecatoria en el embarazo: causas, síntomas y soluciones
La disinergia defecatoria es un trastorno que afecta la coordinación de los músculos del suelo pélvico durante la evacuación intestinal, lo que provoca dificultad para defecar.
Aunque no es extremadamente común en el embarazo, muchas mujeres pueden experimentar síntomas debido a los cambios que ocurren en su cuerpo durante esta etapa o incluso en el postarto.
Quien padece este trastorno funcional presenta dificultad para evacuar las heces, incluso cuando el intestino está lleno; esto sucede cuando los músculos que deberían relajarse durante la defecación, como el puborrectal y el esfínter anal externo, se contraen o no se coordinan adecuadamente.
Este problema puede resultar especialmente frustrante durante el embarazo, ya que muchas veces las medidas habituales para aliviar el estreñimiento, como el uso de laxantes o enemas, no son suficientes para facilitar la evacuación.
¿Por qué puede ocurrir durante el embarazo?
Durante el embarazo, el cuerpo experimenta muchos cambios que pueden influir en la función del suelo pélvico y el tránsito intestinal. Aunque la disinergia defecatoria puede ocurrir en cualquier momento del embarazo, es más común en el segundo y tercer trimestre debido al aumento significativo de la presión intraabdominal y al peso del útero sobre el intestino y el suelo pélvico.
Las principales razones incluyen:
- Cambios hormonales: el aumento de la progesterona disminuye el tono muscular y ralentiza el tránsito intestinal, lo que puede provocar estreñimiento.
- Aumento de la presión intraabdominal: el útero en crecimiento ejerce presión sobre el recto y el colon, dificultando el movimiento intestinal.
- Alteración de la coordinación muscular: el suelo pélvico soporta mayor peso, lo que puede afectar la función muscular y la coordinación durante la defecación.
- Falta de movilidad: durante el embarazo, algunas mujeres reducen su actividad física por molestias o recomendaciones médicas, lo que ralentiza el tránsito intestinal y puede agravar el estreñimiento.
- Medicamentos que provocan estreñimiento: algunos fármacos comúnmente utilizados durante el embarazo pueden contribuir al problema, como:
- Suplementos de hierro: muy frecuentes para prevenir la anemia, pueden endurecer las heces.
- Antieméticos: utilizados para controlar las náuseas, pueden reducir la motilidad intestinal.
- Analgésicos opioides: indicados ocasionalmente para dolores intensos, pueden provocar estreñimiento severo.
- Antidepresivos o ansiolíticos: en casos de ansiedad o depresión perinatal, algunos fármacos pueden afectar la función intestinal.
- Factores emocionales: la ansiedad y el estrés pueden contribuir a la tensión muscular involuntaria en el suelo pélvico, dificultando la evacuación.
Síntomas de disinergia defecatoria en el embarazo
Algunos síntomas comunes incluyen:
- Dificultad para evacuar o sensación de evacuación incompleta.
- Necesidad de realizar maniobras compensatorias, como empujar con mucha fuerza.
- Dolor o molestias en la región anal o rectal.
- Necesidad de usar los dedos para ayudar a evacuar (maniobras digitales).
- Sensación de bloqueo o “taponamiento” en el recto.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico suele realizarlo el médico digestivo o coloproctólogo mediante:
- Historia clínica detallada: para identificar los síntomas y su impacto en la calidad de vida.
- Manometría anorrectal: para evaluar la coordinación muscular durante la defecación; puede acompañarse de una ecografía endoanal para un diagnótisco más completo.
Consejos y Tratamientos para mejorar la disinergia defecatoria
El diagnóstico suele realizarlo el médico digestivo o coloproctólogo mediante:
- Historia clínica detallada: para identificar los síntomas y su impacto en la calidad de vida.
- Manometría anorrectal: para evaluar la coordinación muscular durante la defecación; puede acompañarse de una ecografía endoanal para un diagnótisco más completo.
Consejos y Tratamientos para mejorar la disinergia defecatoria
Aunque puede ser frustrante enfrentarse a este problema, lo primero que debes saber es que la disinergia defecatoria suele tener solución. Existen varias estrategias eficaces que pueden ayudarte a recuperar el control y aliviar los síntomas:
- Educación postural durante la defecación:
- Utiliza un taburete fisiológico para elevar las rodillas, adoptando una postura en cuclillas. Esto ayuda a relajar el músculo puborrectal y facilita la evacuación.
- Relajación del ano coordinada con la respiración:
- Es fundamental aprender a relajar el esfínter anal al mismo tiempo que se realiza una respiración profunda y diafragmática.
- Inhala profundamente llevando el aire al abdomen y al exhalar de manera lenta y controlada, visualiza cómo el ano se relaja de forma natural. Esta coordinación entre respiración y relajación muscular es clave para permitir el paso de las heces sin necesidad de realizar un esfuerzo excesivo. Imagina que el ano es como una flor cerrada y trata de relajar y respirar visualizando que la flor que se abre.
- Ejercicios de relajación del suelo pélvico:
- Realiza respiraciones diafragmáticas, técnicas y posturas de relajación que permitan soltar la musculatura pélvica.
- Reentrenamiento con biofeedback:
- Esta técnica de fisioterapia se utiliza para enseñar a coordinar los músculos del suelo pélvico de manera adecuada. Es especialmente útil para recuperar la función después del parto y suele ofrecer resultados positivos cuando el problema persiste.
- Entrenamiento con globo de manometría:
- El uso del globo de manometría permite entrenar la coordinación y la relajación del esfínter anal externo y del músculo puborrectal. Durante el entrenamiento, el balón se introduce desinflado en el canal anal y se insufla ligeramente para simular la presencia de heces. La paciente aprende a relajarse y a realizar maniobras de empuje adecuadas mientras visualiza los resultados en tiempo real. Esta técnica es especialmente efectiva para mejorar el control y la percepción del suelo pélvico durante la evacuación.
- Alimentación rica en fibra y correcta hidratación:
- Fibra: aumenta el consumo de frutas, verduras y cereales integrales para favorecer el tránsito intestinal. La fibra ayuda a formar heces más voluminosas y suaves, lo que facilita su expulsión.
- Agua: bebe al menos de 1.5 a 2 litros de agua al día para evitar el endurecimiento de las heces. La fibra necesita agua para formar un bolo fecal adecuado, por lo que la hidratación es esencial.
- Evita alimentos ultraprocesados: estos pueden empeorar el estreñimiento, dañar la microbiota y afectar la salud intestinal.
- Mantén un nivel adecuado de actividad física:
- Realiza caminatas suaves o ejercicios específicos para embarazadas que ayuden a estimular el tránsito intestinal y a mantener el suelo pélvico activo sin someterlo a demasiada presión.
- Evita el esfuerzo excesivo:
- Forzar el cuerpo durante la evacuación puede agravar los síntomas e incluso generar complicaciones como hemorroides o prolapsos.
Aunque la disinergia defecatoria durante el embarazo puede ser un problema incómodo y frustrante, es importante recordar que en la mayoría de los casos tiene solución. Adoptar una postura adecuada al defecar, realizar ejercicios de relajación, mantener una dieta rica en fibra, asegurar una correcta hidratación y mantener un nivel de actividad física seguro son estrategias que pueden marcar la diferencia. Además, contar con el apoyo de profesionales especializados en suelo pélvico y utilizar técnicas como el biofeedback y el entrenamiento con globo de manometría puede ayudarte a recuperar el bienestar y sentirte más tranquila durante esta etapa.
Si los síntomas persisten o afectan tu calidad de vida, no dudes en consultar con un especialista. El tratamiento temprano puede evitar complicaciones a largo plazo y mejorar tu día a día.Si los síntomas persisten o afectan tu calidad de vida, no dudes en consultar con un especialista. El tratamiento temprano puede evitar complicaciones a largo plazo y mejorar tu día a día.
Autora: Carla Villalobos, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico
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Referencias
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