El síndrome del elevador del ano se presenta como un dolor rectal o una presión crónica o recurrente y sin una causa o lesión aparente. En realidad, es una disfunción que generalmente es causada por espasmos del músculo elevador del ano.
También se le conoce como proctalgia crónica, coccigodinia o síndrome de dolor pélvico y actualmente se desconoce la causa de estos espasmos, pero se sabe que el estrés, estar mucho tiempo sentado (viajes de larga distancia), el parto, cirugías (resección de hernia de disco, histerectomía, fisuras anales), las relaciones sexuales, disinergia defacatoria o incluso defecar con esfuerzo puede derivar en este síndrome.
El músculo elevador del ano se encuentra en la pelvis formando parte del suelo pélvico y está compuesto por los músculos puborectal, pubococcígeo e iliococcígeo; desempeña funciones de soporte, continencia, micción, defecación, sexualidad y eventualmente ante un parto se elonga para permitir el paso del feto a través del canal del parto.
Síntomas
- Dolor al estar sentado
- Alivio del dolor al acostarse o ponerse de pie
- Dolor o alivio después de ir a defecar
- Dolor que se empeora con las relaciones sexuales
- Dolor en región del ano, pubis, sacro y cóccix
- Dolor en glúteos y caderas
El espasmo muscular causa dolor que suele durar 20 minutos o más, puede ser breve e intenso o un dolor vago en el recto. Puede producirse de modo espontáneo, al sentarse y algunas veces puede despertar a la persona durante el sueño; en casos graves el dolor puede persistir durante muchas horas y repetirse con mucha frecuencia. La persona afectada tiene la impresión de que el malestar se podría aliviar mediante la expulsión de gases o heces.
La presencia de puntos gatillo miofasciales en el músculo elevador del ano dan dolor referido a zonas del cuerpo como la espalda, glúteos o caderas.
Diagnóstico
El diagnóstico médico se realiza mediante una exploración física del paciente; a menudo la exploración física es normal y no revela otros trastornos o patologías pero el músculo está sensible o contraído.
Durante la palpación hay dolor en todo el recorrido del músculo desde el coxis hasta el pubis; al realizarse una maniobra de tracción posterior es posible identificar la tensión del músculo y reproducir el dolor. Algunas veces el dolor a la palpación se presenta de manera asimétrica afectando con frecuencia el lado derecho de la pelvis.
Tratamiento mediante fisioterapia
En este síndrome intervienen factores del sistema nervioso y factores psicológicos que terminan resultando en un aumento de la tensión muscular generando dolor y disfunción de la musculatura pélvica.
El tratamiento debe contemplar tanto los factores físicos como psicológicos ya que de otra forma el tratamiento no sería eficiente. Es importante identificar las situaciones desencadenantes del espasmo para abordar este padecimiento de la manera las eficiente.
No existe un único tratamiento que sea eficaz en todos los pacientes; dentro de las técnicas utilizadas para tratar este síndrome están:
- Masaje intracavitario Thiele
- Automasaje digital
- Baños de asiento
- Relajantes musculares (recetados por el médico)
- Biofeedback
- Electroterapia
- Ejercicios de Kegel inversos
- Respiraciones diafragmáticas
- Técnicas de estiramiento
- Tecarterapia o radiofrecuencia
Este síndrome suele coexistir con alteraciones de la fuerza y resistencia de la musculatura pélvica, sin embargo, no se recomienda realizar ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico sin que antes se adquiera la habilidad de relajar conscientemente los músculos del suelo pélvico (mediante entrenamiento) ayudando a recuperar la función y liberando del dolor causado por el exceso de tensión. Esta relajación se logra mediante visualizaciones guiadas y practicando los ejercicios de Kegel inversos; para realizar esta técnica hay que “dejar caer” los músculos del suelo pélvico intentando conseguir la misma sensación de alivio que cuando nos sentamos en el baño y nos dejamos llevar para miccionar o defecar.
Es importante aprender a relajar adecuadamente los músculos del canal anal y el suelo pélvico durante la defecación, esto se logra mediante técnicas guiadas en donde se combina el entrenamiento con biofeedback, las respiraciones y la postura corporal correcta.
El uso de un taburete fisiológico ayuda a mantener una postura correcta facilitando la relajación del músculo puborectal y favoreciendo la apertura del ángulo anorectal, con lo cual se facilita el mecanismo de defecación evitando el esfuerzo.
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El entrenamiento de la respiración también juega un papel muy importante en el tratamiento de esta afección ayudando a normalizar la movilización.
Durante una respiración normal los abdominales profundos y el suelo pélvico se activan manteniendo la presión interna que se produce en nuestro tronco durante el movimiento del diafragma.
Cuando realizamos una respiración profunda, también conocida como respiración diafragmática o abdominal, la presión que se produce dentro del abdomen es mayor, con lo cual nuestros músculos tienen que coordinarse y contraerse mucho más para conservar la continencia.
Durante la inhalación el diafragma empuja hacia abajo el abdomen haciendo que éste sobresalga y se abulte; el suelo pélvico también se mueve hacia abajo durante la inhalación haciendo espacio a la presión hacia abajo que le están transmitiendo el diafragma y todo el contenido del abdomen por lo que se produce un ligero estiramiento o relajación de los músculos del suelo pélvico.
En la exhalación los músculos del suelo pélvico se elevan hacia arriba y se acortan levemente; este movimiento de vaivén que se genera con la respiración ayuda a movilizar y relajar la musculatura del suelo pélvico evitando la tensión, rigidez y el dolor.
Cuando el diafragma se encuentra acortado y tenso, se provoca un aumento de presión hacia la cavidad abdomino pélvica que no es beneficiosa, en estos casos la terapia manual ayuda a liberar ese acortamiento pero además es importante que el paciente se realice automasajes en casa tumbado boca abajo o boca arriba con las rodillas flexionales ayudándose con una pelota de lacrosse o de liberación miofascial en el diafragma para relajarlo, desbloquearlo y conseguir una movilidad pélvica correcta.
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El tratamiento mediante fisioterapia de suelo pélvico es muy efectivo y logra un cambio en la calidad de vida de la persona que padece este síndrome.
Mantener un ritmo de vida adecuado procurando buenos patrones de sueño, una alimentación saludable y practicando ejercicios es una buena manera de mantener y prolongar los efectos logrados con el tratamiento fisioterapéutico.
Autora: Carla Villalobos, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico
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Referencias bibliográficas
Ng CL. Levator ani syndrome - a case study and literature review. Aust Fam Physician. 2007 Jun;36(6):449-52. PMID: 17565405.
Chiarioni G, Nardo A, Vantini I, Romito A, Whitehead WE. Biofeedback is superior to electrogalvanic stimulation and massage for treatment of levator ani syndrome. Gastroenterology. 2010 Apr;138(4):1321-9. doi: 10.1053/j.gastro.2009.12.040. Epub 2010 Jan 4. PMID: 20044997; PMCID: PMC2847007.