Cada vez oímos hablar con más frecuencia sobre el suelo pélvico pero puede que no estemos familiarizados con su concepto; el suelo pélvico es un complejo sistema muscular encargado de la función sexual, de contener la orina, heces y los gases. Este conjunto de pequeños músculos interpuestos en varios planos profundos tapizan la parte inferior de la pelvis.
Al igual que sucede con la musculatura de cualquier otra parte del cuerpo estos músculos pueden ser susceptibles a sufrir alteraciones causando a su vez estreñimiento y dificultad para ir al baño.
El estreñimiento es un trastorno digestivo comúnmente sufrido a nivel mundial y son las mujeres quienes más lo padecen. Se puede presentar debido a alteraciones neuromusculares, pobre ingesta de fibra, medicamentos, drogas, trastornos endocrinos y/o metabólicos, sedentarismo y como consecuencia de otras patologías orgánicas.
Según estudios científicos se sabe que entre un 20% y un 80% de personas que padecen estreñimiento crónico presentan disfunción estructural (prolapso o caída de un órgano o víscera) o funcional (disinergia defecatoria). El pujo constante deriva en fatiga y distención de la pequeña musculatura pélvica complicando aun más los síntomas.
Al menos la mitad de las personas que padecen estreñimiento crónico desarrollan disinergia defecatoria. La disinergia defecatoria es una descoordinación adquirida entre los músculos del abdomen y del suelo pélvico que provoca dificultad o imposibilidad de evacuar las heces. Otros nombres que recibe este trastorno son anismo, contracción paradójica y síndrome del suelo pélvico espástico.
Cuando defecamos, los músculos abdominales se contraen mientras que los del suelo pélvico se relajan para dejar salir la materia fecal, esta sincronización se aprende desde la infancia, sin embargo, en las personas con disinergia defecatoria la relajación del suelo pélvico no llega a suceder generando incapacidad para defecar, sensación de vaciado incompleto o dolor a la hora de pasar heces duras parecidas a bolitas. A menudo los pacientes con disinergia padecen fisuras anales; se quejan de dolor de espalda, hinchazón abdominal, dolor anorectal e incluso llegan a necesitar realizar maniobras para poder defecar como por ejemplo presionarse el abdomen o sacar las heces con los dedos.
La disinergia defecatoria se clasifica según su posible patrón en:
- Tipo I: El paciente hace un esfuerzo para defecar (aumenta la presión en el abdomen), pero el esfínter anal se contrae en lugar de relajarse.
- Tipo II: El paciente no puede hacer un buen esfuerzo para defecar (no aumenta la presión en el recto) y además, puede que el esfínter se contraiga cuando no debería.
- Tipo III: El paciente hace un buen esfuerzo para defecar pero el esfínter anal no se relaja completamente (menos del 20%) o no se relaja en absoluto.
- Tipo IV: El paciente no puede hacer un buen esfuerzo para defecar y además, el esfínter no se relaja o lo hace muy poco.
Para tratar el estreñimiento se suelen recetar laxantes o fibra y a menudo el abuso de laxantes empeora el cuadro de síntomas causando dolores de cabeza, pérdida de apetito, diarrea, deshidratación y tránsito intestinal lento.
Si padecemos estreñimiento crónico, vamos al baño menos de tres veces por semana y tenemos mucho malestar, lo primero que hay que hacer es ir a un médico especialista en el sistema digestivo o un coloproctólogo para que realice un diagnóstico adecuado descartando otras patologías. Lo ideal es que el médico solicite algunas pruebas diagnósticas tales como manometría anorectal, endoscopia, test de expulsión del balón, defecografías y estudios del tránsito intestinal para poder realizar un diagnóstico certero; a partir de este diagnóstico personalizamos un tratamiento tomando en cuenta las características y necesidades específicas de cada paciente.
Tratamiento mediante fisioterapia
El tratamiento de base consiste en tratamiento tradicional para el estreñimiento (ingesta de líquidos, fibra) junto con técnicas específicas personalizadas para cada caso:
- Terapia de retroalimentación o biofeedback
- Entrenamiento de la sensibilidad rectal con balón de manometría
- Medidas correctivas cognitivo conductuales
- tecarterapia o radiofrecuencia
- Modificación de la biomecánica defecatoria
- Respiraciones diafragmáticas
- Aprendizaje de automasaje abdominal digestivo
- Técnicas de relajación del suelo pélvico
- Liberación miofascial
- Terapia manual
- Entrenamiento del pujo con balón de manometría
- Neuromodulación
La técnica principal a usar en la mayoría de casos es la de biofeedback, con ella buscamos corregir la incoordinación muscular entre el abdomen y el suelo pélvico, además de mejorar la sensibilidad anorectal. Esta técnica tiene un 80% de efectividad, no es dolorosa, es segura y no tiene efectos secundarios.
Para realizar el biofeedback utilizamos un equipo electrónico que mediante electrodos detecta la contracción muscular y nos cuantifica su capacidad de contracción y relajación en una escala que se muestra en una pantalla, tanto el fisioterapeuta especialista como el paciente pueden ver la actividad y comprobar si la respuesta muscular es adecuada. Los electrodos que se usan pueden ser de superficie (pegados en la piel) o intracavitarios (intraanal o intravaginal).
En términos generales la terapia debe realizarse dos veces por semana, cada sesión dura alrededor de una hora y el tratamiento se realiza a lo largo de entre 4 o 12 semanas, no obstante se puede suspender antes si hay evidencia de mejora o se puede alargar en caso de lento avance.
Como coadyuvante del tratamiento se recomienda el uso de un taburete fisiológico en casa para ayudar a mantener una postura que relaje el músculo puborectal y que favorezca la apertura del ángulo anorectal, esto facilita el mecanismo de defecación evitando el esfuerzo con la consecuente disinergia.
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Al finalizar el tratamiento el paciente mejorará notablemente, tendrá un adecuado conocimiento y uso de la musculatura del suelo pélvico y su calidad de vida se verá mejorada.
Autora: Carla Villalobos, fisioterapeuta especialista en suelo pélvico
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Referencias bibliográficas
Ahadi T, Madjlesi F, Mahjoubi B, et al. The effect of biofeedback therapy on dyssynergic constipation in patients with or without Irritable Bowel Syndrome. J Res Med Sci. 2014;19(10):950–955.